El pasado 12 de abril se cumplieron 350 años de la canonización de Francisco de Borja y Aragón, IV Duque de Gandia, III General de la Compañía de Jesús y Santo a partir de 1671. Francisco fue sin duda uno de los personajes más relevantes de su tiempo viviendo como Duque el esplendor del Ducado de Gandia, como cortesano, la etapa dorada del “Imperio español” y como Jesuita, el punto de partida de una de las órdenes religiosas más extendidas del mundo.
La memoria del Santo Duque y de su universal familia está muy presente en todos los rincones de nuestra ciudad: La colegiata de Gandia, la reactivación del convento de Santa Clara, las murallas de la “Vila nova”, el torreón “del Pi”, el antiguo Hospital, las actuales Escuelas Pías que en su tiempo fueron la primera universidad Jesuítica del mundo… Pero, sobre todo, la memoria de Francisco está presente en la casa donde nació el 28 de octubre de 1510: el Palau Ducal dels Borja.
La vida del IV Duque es inseparable de la historia del Palau Ducal de Gandia, lugar que se vio obligado a abandonar a sus 10 años debido al ya avanzado conflicto de las Germanías en 1521, dado que como futuro heredero del Ducado su vida peligraba. Lugar al que volvió a sus 35 años, después de pasar con todos los honores por la corte de uno de los monarcas más poderosos de España, el Rey Emperador Carlos I de España y V de Alemania, llegando a ser el primer virrey secular de Cataluña a la par que el más joven. También volvía un Francisco espiritualmente muy evolucionado, Caballero de Santiago, devoto, penitente y ansioso de una vida alejado de los grandes fastos de la política que tanto conocía. Un Francisco casado y con ocho hijos pero que desde hacía un tiempo ejercía el voto de castidad; en definitiva, un Francisco de Borja con un pie en la recién formada Compañía de Jesús.
Una de las mejores formas de conocer la vida de este personaje tan polifacético como universal es sin duda visitar el Palau Ducal dels Borja de Gandia. Caminar por sus estancias nos hace rememorar la historia del IV Duque, de sus antecesores, de sus descendientes y de sus compañeros de orden quienes son los actuales dueños del edificio. En el Palau podemos encontrar su concepto de justicia, su espiritualidad, la exaltación que hicieron de él sus descendientes y un sinfín de historias que juntas, suman una intensa vida de servicio al rey, a sus vasallos y sobre todo a Dios.
Desde el Palau Ducal se está diseñando una programación tanto online como offline para dar a conocer la figura de nuestro personaje más universal en su 350 aniversario de canonización. Así que no dejes de seguir las redes del Palau Ducal y de la XEC Gandia para estar al tanto de todo, y no perderte nada de lo que estamos preparando para ti.